Cuando el fantasma de la automatización te alcance.

Episodio 05

Publicado:

Julio 13, 2021


Robots que barren, tiendas que no necesitan vendedores, textos publicitarios escritos por inteligencia artificial, taxis que se manejan solos… La automatización generalizada llega rápidamente a todas las actividades humanas. ¿Y dónde quedan las personas?

¿Qué harás cuando el fantasma de la automatización te alcance?

Platiquemos acerca de todo esto. Claro... sin drama.

En 1999, es decir, al final del milenio pasado, cuando aún ni Facebook ni el iPhone existían y nadie hablaba aún de Big data … me encontraba trabajando, junto con un amigo en la solución para un problema típico: Cómo optimizar el tiempo disponible.

La problemática consistía en que en la compañía en la que trabajábamos, se generaba una enorme cantidad de información de ventas y atención a clientes, de manera constante, al ritmo de unos cuantos cientos de transacciones por minuto. Los agentes que generaban esta información, estaban divididos por grupos de trabajo pequeños llamados células y cada célula contaba con su propio “gerente de célula”.

Toda la información generada se almacenaba en bases de datos independientes, las cuales tenían que ser analizadas posteriormente para poder presentar a la dirección, los resultados de la operación general del día anterior. Para esta tarea se utilizaban programas específicos que extraían la información de cada base de datos y posteriormente un equipo de personas se dedicaban a procesarla, darle sentido y a organizarla en gráficas para poderla presentar y que fuera útil para la toma de decisiones.

Obviamente, el proceso total tardaba muchas horas y ocupaba la totalidad del tiempo de varias personas que realizaban esos análisis de manera repetitiva día tras día, tras día, tras día…

Mi compañero y yo estábamos contratados para desarrollar algunos de los sistemas informáticos con que se capturaba la información generada por las células, Pero como eramos muy inquietos, nos pusimos a analizar cómo podíamos incrementar la eficiencia de todo el proceso. A fin de cuentas, cualquier proceso mecánico bien definido y repetitivo es 100% automatizable, utilizando y generando los recursos y procesos adecuados. Además, éramos relativamente nuevos en la compañía y, para ser sinceros, no queríamos que nuestro futuro consistiera en pasarnos las horas analizando y graficando información.

Cualquier proceso mecánico bien definido y repetitivo es 100% automatizable
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El caso es que, además de nuestras actividades diarias normales, decidimos dedicar unas horas cada día a esta cuestión por nuestra cuenta. Después de algunas semanas de platicas, análisis y diagramación, por fin tuvimos una propuesta viable y decidimos pedir una reunión con nuestro jefe para presentársela.

Durante unos 20 minutos, presentamos nuestra idea. Explicamos cómo la generación de la información se concentraría en una base de datos única que permitiera realizar cruces de información de manera que ésta sirviera como alimentación para otras actividades comerciales y el seguimiento de los clientes. También explicamos cómo, a partir de la implementación, la información estaría disponible para su consulta en tiempo real tanto para la dirección general, la dirección comercial, los gerentes de célula e, incluso, para los clientes de la compañía, en caso de considerarse necesario.

Nuestro jefe nos escuchó pacientemente y al finalizar nos hizo sólo dos preguntas. La primera de ellas fue:
-¿En cuánto tiempo se obtendrían los informes que actualmente se requieren?
-Ya con los procesos y los formatos requeridos, unos cuantos segundos. -Contestamos rápidamente.

La segunda pregunta fue más difícil de contestar:
¿Y, entonces qué hago con todo el personal que actualmente se ocupa de eso?
… Nos quedamos mudos.

A final, nuestra propuesta no llegó más allá de esa presentación y fue necesario que pasaran un par de años más para que la compañía comenzara a adoptar e implementar la óptica que presentamos. Pero para entonces nosotros ya habíamos renunciado para iniciar nuestra propia compañía de desarrollo de software.

Desde entonces, siempre tengo presente en m cabeza la pregunta de mi entonces jefe “¿qué hago con las personas que se ocupan de eso?”. Actualmente la he encontrado constantemente aplicada a muchas personas en mi día a día … Si los smartphones te permiten obtener fotografías increíbles ¿ahora qué harán los fotógrafos? Si una plataforma como Canva permite que cualquier persona haga imágenes atractivas ¿Qué harán los diseñadores?

Incluso, hace poco fui testigo de un debate intenso entre creadores de textos publicitarios -los famosos copys- acerca del desastre que, para su actividad, representan las nuevas plataformas de inteligencia artificial que crean en un dos por tres textos que funcionan tan bien como los creados por los expertos y que, seguramente, no tardarán en tener incluso mayor éxito.

Siempre que aparece una nueva forma de hacer las cosas, existen personas que ven amenazada su fuente de ingresos. Y, si bien en el pasado, era cierto que al sustituir una persona por una máquina, esta persona quedaba, o bien, desempleada, o en el mejor de los casos, relegada a convertirse en un simple alimentador o cuidador de dicha máquina, proporcionándole la materia prima para que funcione. Actualmente, con el auge de la tecnología y la disponibilidad de casi cualquier conocimiento en internet, las cosas pueden ser muy distintas.

Las personas ahora pueden decidir entre pasar una hora de su tiempo (o varias) viendo Netflix o el ocupar ese tiempo para invertir en sí mismas, aprender nuevas habilidades y analizar las experiencias vividas.

El verdadero reto ahora consiste en idear una forma de empaquetar nuestros conocimientos, habilidades y experiencias en un producto que pueda ser atractivo para las empresas o los individuos.

Y no necesariamente hablo de que todo mundo deba crear su propio negocio y convertirse en profesionista independiente, freelancer o emprendedor. No.

Me refiero a que si tú has desarrollado durante años una tarea, o una serie de tareas que ahora son susceptibles de ser automatizadas, puedes aprender las habilidades necesarias para que tú mismo dirijas dicha automatización. A final de cuentas ¿quién, mejor que tu, sabe cómo se realiza tu trabajo?

¡Claro! necesitarás aprender como mínimo, algo acerca de la administración e ingeniería de procesos, así como también acerca de cómo generar diagramas, además de mejorar tu redacción y tus habilidades de comunicación. Pero, si tomamos en cuenta que, para estar en la mayoría de los puestos que existen actualmente en las empresas, siempre se necesita una inducción y una capacitación previa (incluyendo aquellos considerados como de menor responsabilidad, como el de mensajero), la diferencia realmente consiste únicamente en que, en esta ocasión, serás tú quien decida capacitarse por tu cuenta, tomando las riendas de tu crecimiento y convirtiéndote durante el proceso mismo, en una persona que ofrece más valor a la empresa.

Y esto, al final, puede, no solo evitar que la compañía te desheche, sino abrirte las puertas en otras compañías que quieran implementar el mismo proceso de automatización e, incluso, darte la oportunidad de, efectivamente, iniciar una carrera propia como consultor especializado en el tema.

Ahora que, si ya eres un emprendedor que está ofreciendo servicios que poco a poco se están automatizando, como es el caso de los copywriters que mencioné anteriormente, tienes aún menos que temer. Pues, además de utilizar las nuevas herramientas, como la inteligencia artificial para eficientar tus tiempos de respuesta, e incluso tus costos, puedes hacer uso de tus habilidades y conocimientos actuales para crear ese toque especial que distinga a tu servicio y genere la preferencia del cliente. Nuevamente, en este caso tu posees la experiencia y conocimiento necesarios para crear esa distinción.

Resumiendo, te comparto:

6 acciones a realizar para eliminar el drama cuando la automatización te alcance

  1. Acepta que toda acción mecánica y repetitiva es, debe ser y será sujeta de automatización. Esto evitará que te conviertas en víctima de lo inevitable y te permitirá tomar las acciones restantes para actuar proactivamente.

  2. Documéntate. Investiga qué parte de tus actividades diarias están siendo automatizadas por otras personas o empresas. Averigua y aprende cómo lo están haciendo e identifica cómo puedes adaptar tus conocimientos y experiencias para optimizar el proceso. Aunque las actividades aparentemente sean las mismas que otros ya automatizaron, siempre existen matices propios de la cultura empresarial o secretos personales que las vuelven únicas.

  3. Capacítate en lo referente a la ingeniería de procesos, técnicas de diagramación como gantt, pert, entidad-relación y otras. Aunque parezca increíble, para esto no es necesario que estudies una ingeniería. Existen miles de fuentes de estos conocimientos en internet. Solo tienes que estar dispuesto a aprender.

  4. Aprende a sistematizar tus procesos. Sistematizar es el paso primordial para toda automatización. Puedes tener los procesos perfectamente definidos, pero, si no los tienes sistematizados jamás podrás automatizarlos exitosamente.

  5. Mejora tu redacción y tus habilidades de comunicación verbal y escrita. A final de cuentas, mientras más claramente puedes explicar algo, mejor lo entiendes. Una buena práctica para aprender es intentar explicar, con tus propias palabras, lo que has entendido a alguien que no sabe nada del tema. Y,

  6. De ser posible, adelántate a los hechos y promueve de manera proactiva la automatización de tus propias actividades. Toma el control, en base a tu experiencia y y dirige la automatización tu mismo (hasta donde sea posible, que no es posible saberlo todo). Disfruta del crecimiento personal y profesional que el proceso en general te generará.

Finalmente y a manera de reflexión, te recuerdo que éstos pasos no siempre son bienvenidos en nuestros lugares de trabajo, pero si a tu empresa (si eres empleado), o a tu cliente (si eres emprendedor), no le interesa implementar las ideas que desarrollas, considera que siempre habrá otras entidades que estén interesadas en las visiones innovadoras. Tal vez es momento de que busques nuevos horizontes. Y ahora, con la gran aceptación que está cobrando el teletrabajo, quién te dice que no terminarás trabajando con compañías extranjeras desde la comodidad de tu recámara.

Así es que corta el drama por anticipado, prepárate y gánale al fantasma de la automatización.