Enviado originalmente el 26 Agosto de 2024
Hola.
En el boletín de hoy te comparto una historia acerca de cómo aplicando el marketing emocional, se pueden crear conceptos que ayuden a las empresas a presentarse exitosamente ante nuevos mercados.
Hace algunos años, una compañía líder en la industria de jabones líquidos en México buscaba expandir su presencia al mercado de Estados Unidos. Como parte de esa intensión, me contrataron a través de mi website para crear un video corporativo que ayudara a destacar la excelencia de sus servicios y productos.
El enfoque inicial del video se centraba en mostrar sus instalaciones y procesos, resaltando su tecnología innovadora, su ascenso como compañía y su compromiso con la calidad y eficacia. Sin embargo, durante el proceso, surgió una revelación significativa: el nombre de la empresa, compuesto por múltiples letras "E", carecía de un significado claro.
En esa situación, percibimos una oportunidad única desde el punto de vista creativo y se desató un proceso para encontrar la respuesta a la pregunta: ¿Qué significan esas múltiples letras "E"?
En una combinación de creatividad libre y objetivos claros, guiados por nuestra experiencia en branding y mercadotecnia, exploramos una definición de conceptos que, no solo pudieran ser percibidos como deseables por parte de los clientes y prospectos de la compañía, sino que fueran un reflejo de los valores que marcan sus actividades diarias y objetivos sociales. Así, cada "E" cobró vida con asignaciones como Eco-friendly, Eficiencia, Energía y otros. Este ejercicio no solo dio coherencia al video, permitiendo generar la estructura lógica del mismo, sino que sentó las bases para su comunicación empresarial.
La verdadera transformación llegó cuando, lejos de detenernos allí, nos adentramos en las profundidades de la narrativa, buscando un hilo conductor que la elevara e integrara, alejándonos de los conceptos individuales.
Con la autorización de la empresa para explorar nuevas formas de comunicación, en lugar de enfocarnos en la funcionalidad del producto, decidimos centrarnos en las emociones y experiencias que este generaba. Pasamos de pensar en deportistas que buscaran sentirse limpios a personas aseándose para reuniones de negocio y adolescentes que buscan verse bien para una las fiestas. Ninguna de estas imágenes nos agradó, pues era extremadamente obvias. Después de una lluvia de ideas decidimos volcar nuestra atención hacia los niños.
Nos concentramos en la experiencia de tomar una ducha y posteriormente lo cambiamos al baño en tina. Momento que la mayoría de los niños disfrutan de una manera especial al jugar con la espuma y disfrutar el agua caliente mientras salpican alegremente todo a su rededor.
Como el consumidor clave no son los niños, sino sus padres, consideramos, además, que una de las razones principales por la que las madres bañan a sus niños en tina, es la felicidad que experimentan ante las reacciones de sus hijos. Claramente la reacción más importante es la risa..
La risa de un niño tiene el poder de cambiar el estado de ánimo y los pensamientos de cualquier adulto. Sin embargo, identificar al producto con la risa, podría generar algunos aspectos negativos, como la banalización del producto o del efecto de su uso. Al evaluar las alternativas, consideramos que la compañía realmente se dedicaba a crear momentos felices, pero este concepto carecía de la fuerza que buscábamos.
Así, llegamos al punto de inflexión en que identificamos que el verdadero propósito del producto era el reflejo de un momento de felicidad y conexión emocional. Generaba sonrisas. Esta revelación se convirtió en el corazón del mensaje, encapsulado en la poderosa declaración: “Somos creadores de sonrisas” ("We are smile makers").
Este enfoque estratégico no solo era lo suficientemente importante para reflejarse en el video corporativo, sino que podía integrarse naturalmente en toda la comunicación de la empresa como una guía para su misión y visión.
Hoy, en su cuenta de Linkedin se puede ver claramente que, justo debajo del logotipo se lee, a manera de slogan: Smile makers!
Esta anécdota nos demuestra que, en el mundo del branding, ir más allá de la funcionalidad del producto y conectar con las emociones de los clientes puede transformar completamente la percepción de una marca. Al identificar el verdadero propósito del producto, no solo se creó un mensaje poderoso y coherente, sino que también se logró forjar un vínculo emocional con su audiencia. Hoy, ese enfoque sigue guiando sus estrategias de comunicación, recordándonos que, en última instancia, el éxito empresarial radica en crear experiencias que dejen una huella profunda en los corazones de las personas.
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